Tumores de piel
La mayor parte de los tumores de la piel son benignos: verrugas, nevos o lunares, quistes, hemangiomas, lipomas. El tratamiento de ellos es la simple extirpación y cierre del defecto con técnicas de cirugía plástica. Sin embargo un significante número son altamente premalignos (es decir se pueden hacer malignos) o malignos, y aquí es donde se debe de tener gran cuidado en su diagnóstico, tratamiento y prevención.
El cáncer (carcinoma basocelular) de células básales es el de mejor pronóstico, generalmente aparece en la cara o en zonas expuestas a la luz solar, el tratamiento depende de diferentes factores como la edad, ocupación, localización etc. e incluye curetaje, electrodesecación, radiación, o incluso y en gran número de casos la extirpación y cierre quirúrgico.
El cáncer espinocelular (carcinoma epidermoide) es más agresivo que el anterior y más invasivo, incluso puede dar metástasis o propagarse a otros lugares del cuerpo, puede aparecer cerca de las mucosas como boca o labios, se puede originar de un nevo o de una área con daño pre existente como área quemada, radiada, cicatrizada etc. El tratamiento depende de lo avanzado de la lesión, de la profundidad, del sitio y de la edad del paciente e incluye radiación, criocirugía, resección quirúrgica especializada.
El melanoma maligno es el más grave de todos, en casos graves y sin tratamiento temprano puede llevar a la muerte al paciente. Generalmente se aprecia como una mancha obscura que semeja a un nevo o lunar, el cual puede crecer o sangrar en determinado tiempo. Dentro de los factores predisponentes se encuentra: nevos pre-existentes, raza, irritación crónica y repetida de la piel, y algo importante y que se puede prevenir como lo es la exposición solar prolongada y continua.
Los tres tipos de cánceres de la piel requieren siempre ser operados por un Cirujano Plástico, ya que no solo se requiere de extirpar la lesión en su totalidad, sino se necesitan técnicas de reconstrucción especiales sobre todo cuando los tumores involucran párpados, boca, nariz, mejillas, frente, orejas. En manos experimentadas estos pacientes pueden ser reincorporados a sus actividades con mínimas secuelas estéticas y funcionales.