Fracturas y heridas en cara
Pocas agresiones al organismo representan un reto tan grande para el Cirujano Plástico como la reparación de las lesiones de los tejidos blandos de la cara y del esqueleto craneomaxilofacial, en donde el cirujano tiene el compromiso de reparar el defecto y lograr una apariencia estética y funcional previa a la lesión.
Las fracturas de los huesos de la cara representan una afección frecuente en cirugía reconstructiva, la causa es diversa predominando los accidentes automovilísticos y la violencia interpersonal. Los factores económicos, sociológicos y psicológicos en una sociedad competitiva hacen imperativo seguir un programa quirúrgico que incorpore al individuo rápidamente a sus actividades. Un diagnóstico inicial preciso y un tratamiento temprano por un especialista en la materia es primordial para evitar secuelas estéticas y funcionales en ocasiones incapacitantes.
La reparación de los tejidos blandos de la cara requiere de la mayor pericia y creatividad por parte del cirujano, el manejo de los tejidos, el instrumental y las suturas finas aplicando técnicas fundamentales de cirugía plástica son esenciales para obtener cicatrices poco evidentes y evitar defectos permanentes.
Por otro lado los avances en la biotecnología han dado lugar al desarrollo de materiales biocompatibles para la elaboración de placas y tornillos de titanio tan pequeños que se puedan utilizar en el cráneo para la fijación de las fracturas de los huesos de la cara. Durante las últimas dos décadas la fijación interna (osteosíntesis) de fracturas con estos materiales se ha convertido en el método de elección, los resultados con estas técnicas son sorprendentes y la rehabilitación y recuperación del paciente se lleva a cabo en forma más temprana.